Susi negó con la cabeza violentamente ― ¡No puedes hacer eso! ¡Perdiste la cabeza! ¡La secuestrando!
Él se rio despreocupado ―Susi, ¿qué te pasa? Esto no es un crimen, traer a un amigo a casa, ¿cómo puede ser un secuestro? Mejor cállate y prepara mi habitación, si no vas a cooperar, mejor quítate y no interfieras.
Él dijo con frialdad.
Al ver la frialdad en sus ojos, el corazón de Susi salto, miró a Astrid con preocupación y dijo muy nerviosa ― ¿No puedes dejarla ir?
― ¡Ya te dije que si no vas a cooperar no interfieras!
Susi se mordió el labio con fuerza, respiró hondo, cerró los ojos y finalmente se alejó.
Andrés salió con el auto, miro alrededor, pero no había nadie. Llamó a Astrid, nadie respondió, entonces empezó a preocuparse, no era habitual que ella apagar su celular y que desapareciera. Decidió llamar a James.
Cuando James se enteró de esto, estaba furioso, sin saber a dónde había ido, pensó que se había escondido como la última vez, pero un presentimiento se instaló en su co