Fui a la sala familiar, que estaba al otro lado de la casa. Colin me acompañó en silencio. Tan pronto como entramos, Min-Ji se acercó a ofrecernos algo de beber.
- ¿Te gustaría algo, Colin? - Yo pregunté.
- No gracias.
- Acepto algo, Min. Quiero tequila... Con sal y lima.
Min se iba y volvió, mirándome fijamente:
- ¿Cómo hace eso?
- Apuesto a que alguien en esta casa sabe cómo hacerlo. - Sonreír.
Sí, necesitaba fuego recorriendo mi cuerpo para poder tener esa conversación con mi ex.
Me senté en el cómodo sofá a su lado y él también se sentó frente a mí.
- Yo... te traje algo. - El dice.
- ¿Para mi? - Me sorprendió.
- Sí... - Sonrió, entregándome una caja envuelta en terciopelo negro y encaje dorado.
Sabía que era una joya. Sentí que me temblaban las manos cuando lo abrí. Me encontré con un collar de diamantes y oro, con aretes a juego con el colgante que brillaba tanto que incluso eclipsaba mi visión.
- Es hermoso, Colin. También tengo algo para ti.
- ¿Tienes algo... para mí? - Él est