-Dana-
Mi hijo y su padre dormían plácidamente en la cama, mientras yo pasaba por otro de mis episodios de insomnio.
Con sumo cuidado me solté del agarre de Thomas para no despertar a ninguno de los dos y bajé por algo para espantar las pocas ganas de dormir que tenía. Llegué a la cocina y estaba mi suegra preparando algo.
-¿Leche tibia con miel?-me ofreció y yo asentí-¿tampoco puedes dormir?
-No, es que todo es tan confuso, señora Blue.
-Puedes decirme solamente Blue, como te lo pedí hace tiempo atrás, si algún día me quieres llamar suegra tampoco me voy a enojar.- sonrió tranquila y me acercó una taza de leche tibia hacia mi mano con cuidado.
-Gracias.
-A ti niña, no sabes lo feliz que me hace ver a mi hijo, después de mucho tiempo, tan contento.
-¿Le puedo hacer una pregunta?
-Por supuesto- me mira como esperando a lo que le quiero preguntar y se lo suelto sin ningún flitro.
-¿Por qué no nos buscó antes?
-Porque no era el momento - se encoge de hombros y bebe un sorbo de su