-Thomas-
Entramos al ayuntamiento y como muchos nos conocen, varias veces fuimos detenidos para ser saludados, pero nunca solté la mano de mis dos tesoros, hasta que se apareció Romina, una de las amigas de Val y con la cual tuve una de esas "citas" de m****a ¿Cómo se me fue a olvidar que trabajaba acá?...
-Thomas, señores Scott que gusto verles por acá.
-Hola Romina- dije entre dientes mientras la mano o mejor dicho las uñas de mi gatita huraña se incrustaban en la mía-, es un gusto verte.
-Igualmente Romina, les parece que nosotros nos adelantemos y nos llevemos a este pequeñín, quiero hablar algo antes con el juez.-dice mi mamá y yo tengo ganas de ahorcarla, debiera haber dicho que todos, pero asiento y suelto la mano de mi hijo, el que se va gustoso con sus abuelos.
-Oh, ¿y en qué andas Scott? Me quedé esperando tu llamada y déjame decirte que tu asistente es una verdadera imbécil, me dijo que habías contraído herpes con tu anterior pareja y que no tenías fecha para otra cita-Ya c