Mi nombre es Serena Collins, tenía 18 años cuando todo empezó yo era una chica normal como cualquier otra; a mi parecer. Yo pertenecía a una familia rica y poderosa la quinta familia poderosa de mi territorio y unas de las tantas potencias del mundo. Pertenecía a la manada luna, una de las tantas y más poderosas y antiguas manadas del todo el mundo.

Se, que sonara todo cliché y eso. Pero así empezó mi historia y aunque no fue hermosa al final no me puedo negar solo fue lo que merecía.

La manada Luna, siempre fue una manada protectora con las diferentes castas que existían, pero eso fue diferente a medida que iban cambiando en el liderazgo de las alfas. También cambio la visión de lo que se consideraba la prioridad en la manada.

Hace varios años atrás éramos una manada bastante feliz, donde podrías ser tan débil como una galleta y ser feliz al ser protegido como lo más preciado de la manada. En realidad, era así cuando mis padres vivían y eran lo que manejaban la manada luna y las personas vivían bien y no había prejuicios ni nada.

Pero cuando mi tío Peter Collins subió y reemplazar a mi padre fundiendo las no manada luna y plata por eso se llamó luna de plata y fue hay que todo se convirtió en un caos. Los omegas y los débiles eran odiados repudiados como si fueran una enfermedad mortal a la que nadie se les podía acercar.

Después fueron abusados, torturados y puestos en las primeras filas en las guerras para ser carnes de cañón para todos.

Y los que no era torturados hasta la muerte o abusados hasta el suicidio eran dejados para divertir a los demás lideres y hombres del ejército.

La verdad esa situación con esas personas no me importaba, yo fui bien acogida por mi tío, así que como aun no mostraba indicios de transformación porque no era el tiempo no era la edad apropiada y todo estaba bien.

Fui trastada como una princesa junto con mis primos, ya que en mi familia debían de nacer betas y alfas o deltas que eran los más fuerte en la cadena de mando así que en mi familia simplemente éramos alfas y nada más.

Me creía la dueña del mundo ver como todo el mundo temblaba al verme o escuchar mi nombre era una sensación excitante.

Tal vez fue su crianza que me hizo rebelde y abusiva, hice cosas de las cuales me arrepiento de verdad que lo hago, fui tan cruel e inhumana que el castigo que ahora tengo prácticamente no es nada comparado a todo lo que merezco o tal vez lo pague con el tiempo.

Me rodeaba de las personas más importantes en el instituto Wolfever donde iban todos los hijos de familia alta y rica y uno de media categoría a excepción de los omegas que no tenían derecho a asistir a este instituto de alto nivel. Solo podían asistir a un instituto cualquiera donde había pocas cosas que los pudiera ayudar a aprender. Y ser alfabéticamente experto.

Decidieron que las cosas que debíamos realizar en nuestros hogares como cocinar, y los quehaceres los hicieran los omegas hasta que murieran o cualquier cosa que decidieran sus dueños hacer con ellos.

Así que todos teníamos un sirviente omega para que hiciera todo por nosotros en cualquier lugar y ellos portaba un collar de perro y cadenas en sus brazos y cuellos.

Cualquiera que naciera omega o gama era destinado para trabajos forzados y lugares de entretenimientos.

No tenían voz ni voto eran totalmente esclavo de las altas clases o el que tuviera dinero y no fuera omega podía darse el lujo de tener a un perro a su lado.

También había escuchado que unos médicos en compañías de científicos habían descubierto que los omegas se podía producir una droga. Que era tan placentera y adictiva que muchos usaban para drogarse y elevarse y hacer de sus vidas un constante frenesí.

Yo nunca llegue a probar la droga Omg éxtasis ya que sentía asco al imaginar un omega convertido en polvo o pastillas así que nunca me aventure a eso y ahora siento que fue bueno que no lo hiciera.

Esa droga era muy cara, pero había variantes de ellas en las calles y los que no eran tan ricos podían encontrarla fácilmente.

Pero no era tan buena como la que creaba la empresa de exploración e investigación (Yan Wang) en chino y en español significa Dios de la muerte esa empresa era rica en tecnología de investigación y producción en masa de medicamentos como afrodisiacos, estimulante y también llegue a escuchar que hacían experimentos en personas para crear super especies o algo así. Así que simplemente los megas millonarios aprovechaban esos descubrimientos de los beneficios de la muerte.

La verdad que a veces imaginar a un niño siendo matado y vuelto droga era un poco enfermo y me daba escalofríos, creo que a pesar de todo era tan inhumana que no me importaba cuando veía camiones llenos de omegas que era vendidos por sus padres a

La vida desdichada de esas personas no me importaba, si yo estaba bien durante los primeros años en que viví en la manada así que no era mi problema.

Aunque a veces escuchaba que había otros lugares, donde otras alfas traban bien a sus omegas que simplemente éramos unas cuantas manadas que hacían esas cosas a la omega y los más débiles.

Como luna de plata, luna creciente, luna llena, colmillo y sangre esta última manada era la de mi mate Aaron King un fuerte y apuesto alfa con el cabello rubio y ojos grises, de buena musculatura y buena fuerza. Ya hace tres años se convirtió en alfa y era un fiel seguidor de mi tío y mi primo era su mejor amigo.

Eso era lo que él decía pues como él ya era alfa sentía mi olor, y como no me había transformado porque no había cumplido la edad apropiada era yo la que no reconocía al de él. Cuando cumpliera la mayoría de edad me convertiría en alfa y con eso sería mucho más feliz.

Todo fue genial durante mis años de estudio, al lado de mi alfa y familia hasta que llego el momento de mi cumpleaños número 18 en donde todo de lo que estaba feliz y orgullosa se convirtió en mi infierno sobre la tierra.

¡Bebe! ― me saludo sonriente mi alfa, era tan guapo que me atontaba con solo su presencia.

¡Hola, amor! ―le respondí con la misma sonrisa mientras me tiraba sobre él y lo besaba, pero extrañamente aparto su rosto y olio mi cuello.

¡Hueles mal! ― menciona soltándome y casi me caigo al suelo, pero con mis reflejos pude sostenerme antes de llegar al suelo.

¿¡Qué!? ―pregunto preocupada oliendo su ropa ya que no siento ningún olor.

Mm no dejes que esa omega asquerosa que te atiende se hacerme a ti y deje su apestoso aroma cerca de ti, sabes que eso me repugna― me dice con asco―si no te cambias ahora mismo no te acerques el resto del día a mi― se aleja sin que pueda decir nada más.

M****a, yo no deje que Susan se me acercara hoy, ella estuvo enferma y no la vi entonces este olor no es de ella. ¿Entonces de quién es? ―me pregunto oliendo mi ropa.

Corro al baño privado y me quito la ropa y la tiro a la basura me bañe con varios geles de ducha hasta estar segura de que este olor ya no es parte de mí.