Capítulo 80. Una verdad a medias.
Capítulo 80. Una verdad a medias.
Pov Alaric:
Todavía siento el sabor metálico de la sangre de los vampiros en mi boca, pero no me importa. Lo único que importa es ella. Aylin. Después de cinco años, la tengo otra vez frente a mí… y la estoy perdiendo de nuevo.
No se quedó quieta, no me abrazó, no lloró de alivio como tantas veces imaginé en mis noches de insomnio. No. Me miró con esos ojos que antes eran mi refugio y ahora son un muro que me excluye, y luego huyó.
—¡Aylin! —la llamo, corriendo detrás de ella.
Su hombro sangra, tropieza más de una vez, y cada músculo de mi cuerpo quiere cargarla, vendarla, protegerla. Ted, mi lobo, aúlla desesperado dentro de mí, pero ella no me deja acercarme.
De pronto se detiene, gira hacia mí y me apunta con esas palabras que me destrozan:
—No te atrevas a acercarte a mis hijos.
Me quedo paralizado. Siento que alguien me arrancó el aire de golpe.
—¿Hijos? —murmuro, como si fuera un idiota que no entiende lo obvio.
—No son tuyos —añade,