Capítulo 134 – El despertar de Ian

El bosque estaba silencioso, cubierto de una neblina ligera que se colaba entre los árboles como si quisiera avisarnos de algo. Ian caminaba delante de mí, sus pasos eran pesados y sus ojos estaban fijos en un punto invisible. Clara le seguía a cierta distancia, intentando no interponerse, mientras Elara permanecía entre mis brazos observando con curiosidad extraña.

De repente, Ian se detuvo. Su pecho subía y bajaba de manera irregular, y pude sentir la tensión que crecía dentro de él. Iría vibraba bajo mi piel, inquieta, alertándome de la presencia de una fuerza que yo no podía controlar.

—Ian… cariño… —susurré, acercándome con cautela—. Tranquilo, hijo. Respira.

Pero Ian no me escuchaba. No nos escuchaba a ninguno de nosotros. Su mirada se había oscurecido, y un halo de energía negra comenzó a surgir de su cuerpo, en espirales que hacían temblar la tierra bajo sus pies.

—¡Ian! —grité, sintiendo el miedo subirme por la garganta—. ¡Detente!

La