12. El beso que lo inició todo.
El sonido del timbre llamó su atención, y ella se colocó de pie recogiendo todas sus cosas del escritorio. Arrancó la hoja de su cuaderno, colocó su nombre para entregársela al profesor.
— ¿Asustada? —preguntó Kira en un susurro—. Ese hombre es como un orgasmo visual.
— Te escuchará —imitó su acción—. Ese hombre lo que puede hacernos es matarnos en pocas palabras —pasó saliva en seco—. Deja de decir eso…
— White, quédese —Sasha saltó en su lugar al escucharlo—. Los demás pueden salir.
Sasha observó a sus amigas, las cuales le hicieron un ademán de manos con que ya estaba muerta.
— Tome asiento, tengo que hacerle algunas preguntas —señaló el asiento detrás de ella—. ¿Por qué no se había presentado a mi clase?
— Mis padres mandaron toda la información al director —respondió confundida—. Imaginé que usted la recibió también.
— Quería escuchar al menos una mentira de su parte, señorita White —Axel inclinó la cabeza hacia ella—. Me di cuenta de que usted le tiene miedo a la señorita