Edgar
Tenía claro que no iba a confundir las cosas con Zoe, ella debe entender que no soy de los que caen a la ligera por el simple hecho de estar entre sus piernas, por muy que sienta cosas increíbles por ella, primero estaba el ser inteligente ante cualquier situación, y para que pueda estar plenamente tranquilo primero se debe de ganar mi confianza la cual me demostró las dos veces que confié que no estaba dispuesta a conservarla. ¿Quién me dice a mí que no es una estrategia para hacerme creer que realmente quiere y está cómoda conmigo? Que yo sepa hace unos días y sin ir muy lejos aún sigue pidiendo que la libere.
—¿Estás lista? — pregunté tocando la puerta de su habitación.
—Dos minutos— escuché.
—Te espero abajo.
Al