REINA DE HIELO. CAPÍTULO 60. Una audiencia.
REINA DE HIELO. CAPÍTULO 60. Una audiencia.
No soporto el olor del café. Ni el del perfume de mamá, ni la luz de la mañana. Me he cepillado los dientes tres veces, pero el asco no se me quita. Me siento como una maldit@ bolsa de náuseas con piernas.
Cuando salgo del baño, ella ya está ahí. Sentada en la cama como si supiera que la necesito aunque no diga una palabra.
—¿Otra vez? —me pregunta bajito y tiene esa voz que usa cuando está a punto de soltar algo importante.
Yo solo asiento, todavía sujetándome el estómago, pero mi madre se acerca, me acaricia el pelo con cuidado, y me abraza. No tengo que contarle nada, ella ya lo sabe todo, como siempre.
—¿Desde cuándo? —pregunta y yo siento que el aire se me escapa.
—Siete —le respondo en voz baja.
Ella respira hondo, se queda en silencio un segundo, y la tristeza se le sale por los ojos.
—Me hubiera gustado que vivieras tu embarazo con felicidad —sentencia—. Lamento mucho haberte fallado en esto, hija.
Y esa sentencia es como una que cae