CAPÍTULO 117. En los momentos más oscuros

Quizás esto es lo que significa verdaderamente ser una villana, no sentir nada frente al dolor de quien nos ha lastimado antes.

Paso junto a Bonnie, que sigue arrodillada y suplicante, y continúo hacia la salida, sin mirar atrás. Pero justo cuando estoy a punto de cruzar la puerta, escucho el grito desgarrador de Devon.

—¡No te daré el gusto de verme sufrir, Regina! —vocifera.

Me detengo en seco y me vuelvo a mirar. Él está al borde del edificio, y en sus ojos hay un fuego que no había visto antes: el de la determinación.

—¡Devon, no! —grita Bonnie, pero él no parece escuchar a nadie.

Noto el momento justo, el único paso, el vacío… todo se detiene mientras cae. Su cuerpo es como un peso muerto, y el sonido de su impacto es un golpe sordo que retumba en mis oídos.

No me muevo. No siento nada. Alrededor, el caos estalla en gritos y gente corriendo. La sangre baña el suelo alrededor y Bonnie grita como si el mundo se le estuviera desmoronando.

La