Mundo ficciónIniciar sesiónEl camión de mudanzas llegó a las ocho de la mañana. No era camión ordinario con hombres sudorosos y cajas de cartón. Era operación militar: cuatro profesionales uniformados con guantes blancos, inventario digital en tablets, envolviendo cada objeto como si fuera reliquia de museo.
Danna observaba desde umbral de su habitación mientras desmantelaban su vida en noventa minutos.
Libros. Ropa. Fotografías de su madre. La laptop donde había escrito cada palabra de su manuscrito maldito. Todo empacado con eficiencia que borraba rastro de que alguna vez había habitado ese espacio.
Nerea estaba sentada en sofá de sala, llorando silenciosamente.
—No quiero que te vayas.







