El colegio había organizado una actividad especial para padres de familia. Skyler, siempre puntual, llegó con sus tres hijas tomadas de la mano. Isabella llevaba una coleta alta, Rowan reía sin parar, y Mercy se aferraba a la pierna de su madre, un poco tímida.

El patio principal estaba decorado con guirnaldas de colores, mesas con manualidades y áreas para juegos en equipo. Skyler sonrió al ver la emoción de las niñas, pero su atención se detuvo cuando escuchó una voz masculina saludando a su hijo.

Jeremy corría hacia un hombre que se destacaba incluso entre el resto de los padres. Alto, de porte imponente, con el traje entallado que resaltaba sus hombros anchos y su figura atlética. Su rostro alargado, de facciones marcadas y mentón fuerte, irradiaba confianza. Era el padre de Jeremy.

Skyler sintió un vuelco en el estómago cuando lo vio.

—Mamá, míralo, es el papá de Jeremy —dijo Isabella, como si hubiera leído sus pensamientos.

El destino se encargó de juntarlos. En la repartic