John no podía creer que había sido tan estúpido para dejarse engañar durante todo ese tiempo, alejó a las personas más importantes de su vida, giró la vista a un lado sintiéndose decepcionado de sí mismo… abandonó a su manada, no se merecía ser el alfa… no sabía en qué momento dejó de ser el guerrero fuerte, astuto… quizás Arya no se lo merecía y su destino era quedar solo por no haber podido apreciar lo que tenía, tal vez Nicolás se la merecía más.

“¿Me acabas de hacer una promesa y ya estás pensando en romperla? Me dijiste que no aceptarías el rechazo ¿Y ahora pretendes renunciar a todo sin luchar? Vamos a demostrar porque somos el alfa de esta manada… si nos detenemos ahora, solo demostraremos que somos cobardes y no nos merecemos a nuestra cachorrita ¡Amigo! ¡No te rindas!”

Las palabras de su lobo lo animaron un poco más, sin embargo, aún no se sentía seguro, sabía que en ese momento no podía hacer nada por recuperar la manada y ya ni siquiera sabía qué guerreros le eran leales