Mundo ficciónIniciar sesiónNo puedes matar una mentira que has vivido durante mil años sin que te desangre.
La realización llegó como un maremoto psíquico, fragmentando mi consciencia en mil pedazos que gritaban verdades contradictorias. Ya no era una sola entidad enfrentando a la Tierra. Era un coro discordante de personalidades que habían coexistido bajo la ilusión de unidad, cada una defendiendo su versión de la historia.
La Diosa Solar emergió primero, fría y calculadora como cristal cortante. Sacrifiqué todo por el orden cósmico, insistía con voz de hielo eterno. Cada decisión fue lógica, necesaria, precisa. Su presencia irradiaba una arrogancia gélida que me resultaba familiar y repulsiva a la vez.
La Madre la interrumpió con desesperación visceral, sus emociones sangrando a través de mi pecho. Amé más allá de toda razón, sollozaba







