Capitulo 32.

Con la intención de distraerme de todo lo que hace unos minutos desestabilizo mi mente, le pedí a la secretaria que reuniera a todos los directivos en la sala de juntas. Al poco tiempo me informo que todos estaban esperándome. Fije la vista en la pelinegra que sonrió al verme entrar, la inocencia de su mirada me cautiva y me limita a devorarla como deseo hacerlo.

—Señor Marchetti —dijo Lombardi.

—Los reuní a todos ya que la otra semana viajaremos a México —pasé la vista en los rostros de los presentes—. La señorita Bianchi me informo que la cadena hotelera de Cancún nos ha invitado a la celebración anual en memoria de un corredor de carreras. Que mejor oportunidad para la publicidad de los nuevos modelos deportivos.

—Efectivamente —dijo Russo.

—Al fin viajaremos —dijo Deniska.

—Es un viaje de negocio señora Petrov —dijo Agnes.

—Pues sí, pero también podemos divertirnos.

—Ignoren el comentario de la señora. El viaje es para que los clientes se enteren de la exclusividad de los modelos
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