Mundo ficciónIniciar sesiónEl café Montmartre, con sus luces tenues y su ambiente acogedor, parecía el escenario perfecto para una reconciliación, no para el enfrentamiento que estaba a punto de desatarse. Valeria se sentó frente a los dos hombres que habían puesto su mundo del revés, sintiendo que el aire entre ellos podría incendiarse con una sola palabra equivocada.
Enzo, con su elegancia italiana intacta a pesar de la tensión, mantenía una postura rígida. Sus ojos, oscuros como la noche romana, no se apartaban de Valeria. Alejandro, por su parte, jugueteaba nerviosamente con la cucharilla de su café, como si en ese pequeño objeto metálico encontrara el valor que necesitaba para enfrentar lo que venía.
—Esto es ridículo —soltó finalmente Valeria, rompiendo el silencio que los envolvía—. Parecemos tres adolescentes incapaces de hablar como adultos.
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