Samantha abrió los ojos y se dio cuenta que estaba en una habitación desconocida, preciosa si, pero desconocida. En ese momento escuchó una voz conocida.
-he ansiado tanto este momento mi amor…- dijo el hombre con una voz ronca de la emoción.
-Ddd… Dan? Eres tú?- farfulló ella mirando la cara de un hombre que le parecía extraña pero que tenía una voz que ella conocía perfectamente.
-si amor soy yo- habló el, dejandole un beso en la mejilla.
-no me toques!- gritó ella.- no se que haces aquí…- volvió a mirar la habitación- o que hago yo aquí, pero no quiero que te me acerques!
-antes adorabas mi toque Sam. Te he amado siempre.- De repente su voz adquirió un tono brusco- y tu pasaste de mi sin problemas.
-te expliqué mis sentimientos Dan. Ya no sentía lo mismo, además tu pareciste comprenderme y lo aceptaste!- dijo ella furiosa, sintiendo un leve dolor en el vientre.
-por que no me quedaba otra! En ese momento no podía obligarte y atarte a mi. Por qué no quisiste hijos conmigo y si con e