Esmeralda veía todo lo que había comprado y no podía evitar sentirse aún más agotada. Ella sabía que debía comenzar a implementar cambios en su guardarropa, pero justamente eso era lo que más la estresaba. El cansancio que le producía estar embarazada sumado a tener que quitar lo que ya no usaría para poner las nuevas prendas le resultaba agotador.
Kenton miró las distintas bolsas y no le parecieron suficientes. Él quería ofrecerle todo y hasta más a quien consideraba su mujer, pero ella sentía que no necesitaba nada.
-¿Sabes que acabarás necesitando más cosas en poco tiempo? Espero que no te quejes cuando debas ir de compras de nuevo- Aunque intentó ser amable, Esmeralda no recibió bien esa observación del padre de su hijo
-¿Por qué me lo recuerdas? Parece ser que tú disfrutas de mis desgracias- Sacó las compras de las bolsas y las miró aún con más frustración
-¿Cuál desgracia? Peor sería no tener dinero para comprar y necesitar con urgencia un nuevo guardarropa- Comenzó a