El vicepresidente después del postre, sabia que debía irse. Lourdes parecía especialmente preocupada, distante y sabía que no le dedicaría la atención que él quería. Él ya no era un niño para no comprender que ella tenía asuntos más preocupantes en mente y su visita, ni tampoco sus ganas de intimar eran de vital importancia.
-Me iré. La cena fue fantástica y espero poder repetirla pronto. Agradezco la invitación Dylan- Le dió un beso al niño y le movió su cabello
-¿De verdad podemos ir a visitarte para jugar?- El niño preguntó y Lourdes casi acaba por infartarse
-Tu deberías de ir a cepillar tus dientes y a ponerte tu pijama. Es muy tarde y tienes sueño- Ella lo hizo olvidar lo que el empresario le dijo y eso le dió cierta tranquilidad
-Volveremos a vernos. Es una promesa- Sentenció y con la firme mirada que le dedicó fue suficiente para estremecerla de pies a cabeza
-Te acompaño a la puerta antes de que venga Dylan y acabe en un compromiso que no quiero estar- Él rió