Quiero que en estos momentos mi esposo aparezca y me proteja de cualquier daño que quiera hacerme este hombre, pero, como siempre… como antes él está ausente, solo me manda dinero y a sus lobos que solo aparecen a molestarme y ni siquiera ahora lo hacen.
— Está bien, pero, primero debería avisar que no vendré a trabajar.— Solo manda la carta de renuncia más tarde, tampoco es que seas indispensable para esta empresa. — dice él y yo lo miro con seriedad.— ¿Acaso yo soy indispensable para usted? — pregunto curiosa.Él comienza a reírse y yo imploro que se sienta tan ofendido que me deje en paz, porque realmente es un capricho lo que tiene él, nada más.‘Si tan solo dejaran de actuar inmaduramente y olvidaran las cosas yo no estaría en problemas.’ Me digo mentalmente.— ¿Qué dices? — p