Siento que en cualquier momento voy a desmayarme y por eso, Eydran intenta acercarse a mí, pero, yo cierro los ojos y me giro completamente asustada.
— ¡No te acerques a mí, pervertido!— Irina, yo no soy un pervertido.— ¡Entonces, ¿Por qué está tan grande? — pregunto sintiendo que estoy con un monstruo, porque un humano no puede estar así de… grande en su entrepierna.— Mierda, ¿en qué momento se me…?— ¡No lo digas! — grito.Un estruendo se escucha, pero, no es en el interior de la habitación. Confundida, intento al menos pensar, pero, unas manos me apartan de la puerta, justo antes que esta sea destruida por una patada.Ni siquiera sé cómo las cosas pueden pasar tan rápido, porque Eydran está cubierto con las sábanas que apenas dejé en la cama y es su pecho el que con