El tiempo pasa, sus caricias recorren cada centímetro de mi cuerpo y yo no tengo idea porque me siento así, ya que, no creo que sea posible que un hombre pueda hacerme sentir todas las sensaciones que estoy experimentando.
Porque, sin duda, disfruto cada uno de los toques, besos, mordiscos e incluso, palmeadas que me impulsan a un grado de locura sorprendente. Porque aunque debería decirle que se detenga, ya no hay manera en que yo esté de acuerdo en ello, porque el placer es mucho más grande de lo que pensé.Ni siquiera recuerdo cuántas veces lo he escuchado gemir mientras libera su orgasmo, ni mucho menos puedo comprender, la forma en que es capaz de mirarme y hacerme completamente suya.— Siento que voy a perder todo control y autonomía en mi cuerpo si te tengo conmigo. — susurra mi jefe besando mi espalda mientras él todavía está en mi interior.— Entonces eso es un