— ¿Marco? ¿Estás despierto? – Dijo Federico al entrar a la habitación.
— ¡Sí! ¿Ya tienes lista la información que te solicite? – Dijo Marco mientras se levantaba de la cama.
— Si… Ahora que volví a revisar todo, sería bueno que estuviera alguien más aquí. — Dijo Federico con precaución.
— ¿Quién?
— Massimo Pellegrini, él es la cabeza de los Pellegrini, aunque aún existe Leonardo, siendo sincero, no sé qué haría con lo que te voy a mostrar.
— ¿Es necesario?
— Solo si no quieres cargar con la pesada pila de la verdad, únicamente tú.
— Federico, no estoy de humor para juegos, ¿es necesario que el este aquí?
— Sí.
Con un sí a cecas respondió Federico, bien sabía que había fallado de igual manera a Marco, él solo le había echado un vistazo a la información que contenía el maletín, del cual tuvo dos copias. Esto lo hizo creyendo que Marco lo revisaría primero, ya que el plan inicial era vengar a su amigo, las cosas se desviaron hasta el punto donde ahora se encontraban, Pietro ya cargaba con