De regreso en la fiesta, de a poco se fueron retirando los invitados hasta donde solo quedaron la familia Barzinni y los D’Angelo.
- Matteo, fue una agradable sorpresa verte luego de tanto tiempo… - Dijo Marco acercándose al hombre.
- ¡Lo mismo digo, Marco! Me da gusto que todo vaya viento en popa, me da gusto verte tranquilo a lado de tu esposa. – Dijo Matteo, mirando cómo los años casi no pasaban por Valeria, quien estaba a lo lejos.
Ha sido una noche larga, pero buena. Hace muchísimo tiempo que las familias no se reunían de esta manera.
- ¿Qué hizo mi hija para traerte? – Preguntó Marco, intrigado.
- Tu Palomita y Laura, me contactaron por correo y luego hablamos por teléfono. Sinceramente, este par tiene muy buenos métodos de convencimiento.
- ¿Qué te dijeron?
- Digamos que hicieron uso de la nostalgia que siento por Massimo y por Pietro.
- Matteo, te haces el difícil, pero bien sabes que siempre los viste como tus hijos. Bueno, en el caso de Massimo más, todos sabemos la historia