Luego de que aquella grata sorpresa, fabricada por Laura y Paloma, el hombre tomó asiento y el discurso de Paloma continuó. Massimo sentía un gran nudo en la garganta, el hombre que había estado en su vida desde joven, aquel que le guio con sabiduría y le enseñó mucho más de la vida que su propio padre, estaba nuevamente a su lado.
- Papá, mamá… - Dijo Paloma viendo a Valeria y Marco, quienes no apartaban los ojos de su hija. – Sé cuál importante es la familia, ustedes me dieron un hogar lleno de amor y cariño. Mi padre siempre apoyo a mi crecimiento como niña curiosa que era y tal como eso, voy a seguir su ejemplo ahora que vivamos en México, sé que cuando necesitemos un consejo, ahí estarán cerca de nosotros.
Valeria y Marco sonreían y escuchaban atentos, hasta que la palabra México se mencionó, ahí fue donde surgió un poco de confusión, la cual evidentemente llamó la atención de la flamante novia.
- Sí, papá y mamá, Aldo y yo, junto con nuestro pequeño Enzo, nos vamos a ir a vivir a