Horas más tarde de salir del apartamento de Celeste, el avión privado que llevaba a Pietro estaba aterrizando en el aeropuerto en los Alpes Suizos, el hombre manejaba hacia Appenzell, mientras lo hacía, decidió marcar al médico que estaba llevando el tratamiento de Alessia.
- Dr. Stephannoni, necesito verlo, al parecer mi esposa está recuperando la movilidad. ¿Puede alcanzarme en casa?
- Sr. Pellegrini, eso suena a excelentes noticias, ¡muchas felicidades! Estaré ahí en una hora.
- ¡Gracias!
Pietro solo había pasado a la mansión por una pequeña maleta con ropa, le había explicado a Teodore que saldría a cerrar un trato, encargo a Enzo con él y antes de salir paso por la habitación de Enzo, en ella había palomitas regadas, sus dos chicos estaban profundamente dormidos.
- Es increíble que sean padre e hijo ¿Verdad? - Dijo Teodore viendo a los dos dormidos.
- Si… ¡Increíble el tiempo que ha pasado! Aún recuerdo cuando conocí a Aldo, ahora es todo un hombre de negocios.
- Lo trae en los ge