Luego de ir a dejar a Valeria a casa, Marco fue a la oficina, aún no podía salir del asombro ante la noticia que acababan de recibir, a sus 55 años sería nuevamente papá, no de uno; sino de dos bebés, todo ello venía a generar un gran cambio de planes. Tal como se lo había externado a su amada esposa, la familia siempre sería su prioridad, por lo que había cosas que tenía que cerrar y una de ellas era Franco Amato.
- ¿Federico? ¿Estás en la oficina?
- Hola Marco, sí, efectivamente aquí estoy ¿Qué sucede?
- ¡Tengo algo que contarte! Creo que te voy a sorprender…
- ¿De verdad? ¿Es bueno o malo?
- Llegando a la oficina, te diré, oye… - Dijo Marco quedándose un minuto en silencio.
- ¿Dime?
- ¿Dónde quedo Franco Amato? ¿Puedes conseguirme la dirección donde radica actualmente?
- ¿Eso es lo que me querías contar? Por un momento llegue a pensar que ya habías dejado ese tema por la paz…
- ¡No Federico! Solo lo he dejado tranquilo por un tiempo, pero sabes bien que ese hombre sin mí, no es nadi