Luego de ver cómo Laura reaccionaba, Massimo se acercó a su hija, la abrazó y le dijo:
- Hija, sé que las cosas se ven mal, sé que lo que acaban de saber los deja consternados, pero no quisiera que te expongas a alguien de forma innecesaria.
- No, papá. Estamos hablando de mi hermano, antes de cualquier cosa, yo quiero conocer al supuesto padre de Paolo. Quiero conocerlo, verlo a la cara y saber quién demonios será el que vendrá a cambiar nuestro mundo.
- Hija…
- Sí, papá, porque Paolo es maduro, pero sea como sea, todo su mundo y el nuestro va a cambiar. Estoy de acuerdo con que es su derecho conocerlo y convivir con él, pero antes quiero ver qué clase de hombre es él.
- No hay nada que te haga cambiar de opinión, ¿verdad?
- No, papá… Pasando la boda de mi hermana debemos actuar…
Luciano solo podía ver cómo era que su hermanita, la que hace poco más de un año que no veía, había dejado de ser la chica tímida para ser una mujer con carácter y mucha fuerza.
- ¡Pues ya está! Massimo, pasa