Prohibiciones en Tentaciones
Prohibiciones en Tentaciones
Por: SilvinaTracy
INTRODUCCIÓN

Ángeles Luna y Dave Ulibarri se conocieron en su adolescencia y comenzaron una historia de amor que cayó en la rutina, los prejuicios, la insatisfacción y por último... la infidelidad.

Dave formaba parte de un club para adultos, dónde las fantasías se hacían realidad. Dominantes, sumisas, exhibicionismo... en ese lugar todo era posible y también privado. Él jamás creyó que su esposa tan inocente y cerrada en temas íntimos acabaría siguiéndolo y por último descubriendo su doble vida.

Después de un proceso muy difícil, el divorcio fue efectivo. Ángeles formó una familia con Jacob Spencer, un dominante del club Tentaciones y también su abogado. Dave comenzó una relación y posteriormente una numerosa familia con Tamara, su secretaria.

La vida da demasiadas vueltas y cuando Iker Spencer conoció a Audrey Ulibarri, sintió como era atraído por una fuerza invisible hacia ella. Ella tenía todo lo que amaba en una mujer, a excepción de su identidad. Un amor no podría ser posible entre los dos. Para Iker era inconcebible, para Audrey era muy posible.

Los dos tenían amigos en común. Sus padres eran socios del club Tentaciones y los amigos de sus padres también, ¿Cómo podrían vivir sin conocerse? Era improbable.

Audrey era parecida a su alocada madre. Tamara se había propuesto conseguir a Dave a cómo diera lugar y acabó seduciéndolo hasta que obtuvo lo que tanto quería. Audrey creía que Iker también se rendiría a sus encantos, pero las cosas estaban muy lejos de ser ni remotamente similares a lo que pensó.

Alondra era preciosa y cualquier muchacho de la universidad se volteaba para mirarla, pero aunque tenía muchos pretendientes, su corazón solo era de Iker. Suspiraba por él e intentaba conquistarlo sin éxito. Ese muchacho era inalcanzable y tal vez por eso más aún le atraía. Ella estaba acostumbrada a tener todo lo que deseaba, pero aunque finalmente conseguiría casarse con el amor de su vida, ¿Lograría ganar su amor?

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INICIO

Afrodita y Apolo, dos amigos de Iker y también de Audrey veían como morían por estar juntos, pero jamás sucedía nada entre los dos. Para ellos era una relación posible, pero Iker se mantenía reacio. Él creía que sus padres jamás aprobarían una relación con Audrey; eso uniría ambas familias y sería incómodo.

Audrey era preciosa y no conocía la timidez, al menos en la mayoría de las situaciones. Ella siempre decía lo que pensaba del modo en que le saliera y cometía alguna travesura. Su personalidad era muy similar a la de su madre, aunque no creía ser mucho más perseverante.

Audrey y Afrodita habían ido a la heladería, era un día caluroso y debían ponerse al día con las últimas novedades. Afrodita estaba conociendo un muchacho, pero cuando él pidió la prueba de amor para continuar con ella le había mandado al demonio. Si alguien tenía las cosas claras en su vida, esa era Afrodita.

-Siempre te dije que Anthony no te convenía- Era cierto, ella no creía que tuvieran punto en común

-No importa, mejor tenerlo lejos, ¿Pensaba que yo caería en su juego? Si claro, que estúpido- Afrodita se veía relajada, muy lejos de lo que una enamorada estaría si terminara su relación. No lo amaba y probablemente no hubiesen podido seguir adelante

-Ahora es mi turno. Voy a seducir a Iker- Audrey se había sonrojado y en su rostro se notaba que estaba más que lista para llevar adelante su plan

-¿Estás segura?- Afrodita no lo creía apropiado, le parecía demasiado loco y arriesgado

-Completamente. Él no podrá resistirse a mi y se que cuando estemos juntos hará lo que fuera por continuar. Él olvidará hasta quienes son nuestros padres, estoy segura- Estaba confiada, segura de si misma y solo necesitaba el día apropiado para hacer realidad su sueño romántico y pasional

-Solo espero que todo salga como tú lo esperas, pero aún así estaré para ti

Afrodita conocía bien a los dos, pero algo le decía que Iker no caería en la tentación tan fácilmente como Audrey creía, tenía dudas...

-Iremos a la fiesta de la universidad. Iker estará allí, estoy segura- Afrodita sabía que se vería envuelta en los planes de su amiga, pero no tenía más opciones que acompañarla. Si todo salía mal, debía apoyarla

-Planeaba estudiar ese día

-Siempre estudias, nunca haces nada diferente. No sé cómo somos amigas- Bromeó y ella no pudo coincidir más con ese comentario

Las personalidades de las dos amigas eran totalmente opuestas. Audrey era alocada, decidida y no conocía lo que significaba la timidez. Afrodita era tranquila y analizaba las situaciones varias veces antes de tomar una decisión. Nunca había tenido un debate emocional entre su corazón y la razón, nunca se había enamorado.

Audrey explicó su plan y Afrodita comenzó a toser por la sorpresa. Lo que haría sería arriesgado y no entendía como hacía su amiga para no sentir la mínima pena, ella estaría muerta de vergüenza...

-Estoy segura de mis sentimientos. Amo a Iker, ¿Por qué debería sentirme avergonzada?

-No lo sé, yo no me atrevería a tanto. No sabría ni como seducir, tampoco es que me importe llamar la atención- Se encogió de hombros con desinterés y Audrey quiso arrojarle su cono de helado para saber si habría emoción al menos con eso

-¿No sabes seducir? Tu madre es la mejor en pole dance y tú podrías bailar aunque te faltara una pierna sin problemas. Desearía saber moverme así, pero no tengo tus habilidades

Afrodita bailaba, pero jamás en público. Había aprendido la disciplina y la disfrutaba. Bailando allí, con sus músculos tensos por el esfuerzo se sentía relajada, producía un efecto desestresante en ella.

-¿Para que debería ir seduciendo hombres si no me interesa ninguno? ¿No crees que sería estúpido?

-Muchos mueren por ti. Eres preciosa y tú cabello rojo llama mucho más la atención

Era cierto, Afrodita era una belleza, muy similar a su padre. Tenía el cabello rojo, piel blanca y unos ojos tan únicos que le quitarían el aliento a cualquier persona. Ella consideraba ser completamente normal, una chica más del montón, pero no tenía conocimiento de cuánto le llamaba la atención al sexo opuesto. No había conocido un hombre que la hiciera sentir única ni tampoco que la hiciera vibrar con solo una mirada. Tampoco estaba apurada por tener nuevas experiencias. El amor llegaría cuando debiera, era todo.

-Si claro. Creo que es más posible que Iker pierda la memoria a qué yo me enamore- Se burló sintiendo culpa automáticamente

Iker no podía olvidar de quien era hija Audrey, aunque ella se lo había pedido mil veces. Él se negaba rotundamente. Ella lo había besado en una reunión de amigos y los dos habían sentido lo mismo, aunque pronto al reaccionar él se había apartado.

-El se olvidará hasta de su nombre. Hasta miré películas para no cometer errores- Afrodita casi escupe el helado. Definitivamente no lo podía creer

-No me atrevería a nada de lo que dices

-Ya llegará el indicado que te quite la vergüenza...

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