Edificio del Grupo Alexander – Último Piso

La luna de miel del asistente Brown había llegado a su fin.

Después de disfrutar de la dulce vida de recién casado, tenía que volver a su rutina habitual: trabajo, trabajo y más trabajo. Estaba decidido a dar lo mejor de sí y asegurarse de que todo marchara sin problemas para el señor Damian.

No había ni una pizca de cansancio en su mirada, quizás porque al volver a casa ya no lo recibía el silencio del salón de su apartamento. Ahora sus noches estaban llenas de calidez… y de pasión.

De regreso en la oficina, durante la última semana Brown había estado ocupado reuniendo datos y pruebas sobre la pequeña niña que una vez le dio chocolate a Damian en el hospital.

Después de recibir cierta información del padre de Kevin, su intuición se hizo aún más fuerte. Estaba convencido de que aquella niña no era otra que la señorita Livia, y quería demostrarlo… quería llevarle esa sorprendente noticia al señor Damian.

Damian se quedaría sin palabras… y sin