Al no llevar sostén quedo desnuda en la parte superior de mi cuerpo por lo que él repasa mis senos, mirando uno y luego el otro antes de tragar saliva con fuerza y restregar su rostro con sus manos.
—Muchas palabras y poca acción —murmuro. Llevo las manos a los extremos de mis bragas de encaje y las bajo, quitándomelas y dejándola en mi dedo índice para darle unas vueltas con este.
Ander ríe divertido y su sonrisa es tan sexy que me hace sonreír también.
Voy a pecar y él también, y creo que es justo por ser prohibido el por qué nos gusta tanto este delito que estamos cometiendo.
—Niña, mí pantalón va a reventar —advierte —. ¿Qué harás al respecto?
Río con ironía.
—¿Yo? —le doy la espalda y estando ya completamente desnuda, y tirando las bragas hacía el mismo lugar hacia donde lancé mi vestido, comienzo a caminar hacia el escritorio situado en el centro de la oficina. Me siento sobre este y me deslizo hasta acostarme quedando boca arriba, abro mis piernas y dejo mi sexo a la vista, ten