No se sentía mal porque Sharon hubiese tenido razón, sino fuertemente traicionado al ver cómo a sus espaldas el que consideraba su amigo le sacaba con el móvil una foto rápida a los planos aún sobre la bandeja de la impresora.
-Caso resuelto - habló Cristina con voz baja apretando el hombro de Ricardo. - Haz una copia de esa cinta, por favor. Luego ya puedes irte con Nore.
No le devolvió la mirada a Jorge, ni siquiera le miró al levantarse, solo salió de su despacho con Juan a su lado en completo silencio.
-Yo... yo no... - tartamudeó.
-Déjala un rato, Jorge - ordenó Sharon. - No vayas con ella ahora, vente con nosotros a la obra y ya.
-No te he invitado, Sharon - inquirió Nore.
-Deja ya de fingir que no te mueres por mis huesos, ya se ha visto - rodó los ojos ignorando el gesto furioso de la pelinegra. - Ricardo, hazme dos copias, una de lo de Dylan y... el otro momento.
-¡Sharon Lopez!
En otras circunstancias incluso se reiría, ahora solo podía sentir