La cena concluyó sin muchos más entredichos, gracias a Dios.
Mark contó un par de anécdotas que tenían con el jefe cuando estudiaban juntos en la secundaria. Luego Andrew estudió Leyes y su amigo Contaduría, pero siguieron manteniendo su relación de mejores amigos.
Ahora el ogro de mi jefe estaba más suelto y cómodo que de costumbre. Incluso se reía y bromeaba. Esa faceta de él todavía me sorprendía.
Marta lucía como si fuera la madre de ellos dos, mirándolos con orgullo y riendo a carcajadas de sus historias.
Y yo, estaba allí, de