En el preciso instante en que acepté la propuesta, Andrew se puso de pie.
En cuestión de minutos cada uno buscó sus abrigos y nos encontramos en la puerta principal de la casa. No nos dijimos nada más. Solo murmuré un "Vamos" y eso fue todo.
Ahora mi principal pensamiento era que por fin conocería a mis progenitores.
Ya habría tiempo para hablar con mi jefe sobre todo lo sucedido entre nosotros.
Caminamos en silencio hasta el auto último modelo de Andrew. Nunca me había subido a uno así. Era un Audi de color rojo brilloso; por dentro era todo negro y con asientos d