Kenneth.
Sostengo a Lauren en mis brazos en el sillón de la sala de televisión mientras vemos cómo las enfermeras se llevan a los pacientes a terapia. La señora Laura no me ha quitado la mirada de encima, y también he podido ver su nostalgia por el estado de Lauren, aunque mi chica se haga la fuerte.
En cuanto perdemos a Laura de vista, Lauren se aferra más a mi pecho. Entonces sé que, con el descubrimiento en la libreta de su madre, tengo que decirle la verdad.
—Cariño, mírame —le pido, y ella obedece, con esos ojos tristes. Entonces acaricio sus mejillas rosadas para confesarle: —Yo… Hace cuatro años no fui a la mansión para cuidar al abuelo… Estaba buscando una excusa para huir de Dakota y mi madre me pidió que fuera a Miami porque ella… desconfiaba de ti. Y me duele tener que decir esto, pero creo que Ellie me envió realmente porque sabía que eras hija de William, y tal vez él… Quisiera darte una parte de su herencia.
Ella me mira, expectante, y entonces le cuento lo de las accione