Danna escuchó las palabras de su hermana, y sintió un gran nudo en la garganta, casi tan grande, como el hueco en su estómago, miró el reloj, eran las once de la mañana, ese día, iba a ser eterno.

Continuó trabajando en la obra, Ricardo no estaba en el taller, había ido a una cita al departamento de cultura del estado, el gobierno deseaba implementar talleres de pintura y otras artes para personas de escasos recursos, y querían que Ricardo les hiciera unas propuestas para el proyecto, cuando se trataba de ayudar, él siempre estaba dispuesto, era una de las cosas que admiraba de él.

Quiso concentrarse en el trabajo, pero no pudo, estaba demasiado nerviosa, esa noche iba a entregarle su cuerpo al hombre que amaba, debería estar emocionada, pero solo sentía un profundo dolor en su corazón.

Guardó su material de trabajo y cubrió la obra, escribió un