-EDIFICIO DE GOBIERNO-
-Buenos días, Ministro Sánchez. -saludo el presidente, con una voz un tanto incomoda ante la tensión que se creó entre Pablo y Claudia. Fueron las palabras del Presidente que pudieron romper las miradas de Claudia y Pablo, que hasta ese momento seguían viéndose fijamente, olvidándose de todo y de todos a su al rededor. -Buenos días señor Presidente, no sabía que tenía compañía, puedo esperar afuera hasta que terminen.- contestó Pablo amablemente y dirigiéndose de vuelta a la puerta. El presidente, que se acercó para deternerlo y pararse entre Claudia y Pablo, dijo: No te preocupes, puedes quedarte, quería presentarte a la Señorita Claudia Gil, con tu cargo y su ramo de trabajo, estoy seguro que van a trabajar muy de cerca. -Mucho gusto, un placer conocerla.- contestó Pablo.-he escuchado muchas cosas de usted. -Espero que todas buenas. -contestó Claudia, mientras extendía su mano para estrecharla, tratando de hacer un comentario ligero para aliviar la tensión y no levantar sospechas del presidente. -Todo depende de quien lo diga y quien lo escucha.-contestó Pablo, mientras se dio la vuelta para mirar al presidente, sin responder al apretón de manos de Claudia. Después de tantos años, de todo lo que vivieron juntos, fingir que no se conocen, rechazarle un apretón de manos y además ganarle en su propio juego de comentarios para dejar a tu rival bajo tu nivel. Claudia jamás lo iba a demostrar, pero sintió una mezcla de tristeza y decepción, aunque también entendió que era lo mejor, ser completos extraños, pero conocidos o extraños, no iba a dejar que nadie la pisoteara. El presidente tomó la carpeta que llevó Claudia, y se la entregó a Pablo, diciendo: Ministro, justamente esta reunión era sobre usted, la señorita Gil descubrió una información que la tenía muy preocupada y quiso compartirla conmigo para evitar problemas a largo plazo. Pablo revisó la carpeta, leyó los documentos, y suspiró decepcionado. De todas las personas que estaban en su contra, que Claudia tratará de usar esta información para atacarlo y destruir su carrera, era doloroso, entendió que ya la Claudia de hace 5 años no existe y frente a el simplemente está una empresaria sin escrúpulos que su empresa y sus cierres trimestrales son lo primero sin importar a quien llevan por el medio. Después de una breve pausa, Pablo comentó con un tono firme y enojado: Me imaginé que alguien sin alma, remordimiento ni ética trataría de usar esta información en mi contra si en algún momento la obtenían, por eso precisamente le pedí la investigación, señor Presidente. -Eso mismo le comenté a la señorita Gil, que el asunto fue investigado y descartado, no hay ningún riesgo, por eso quería aprovechar esta reunión y que ella compartiera su preocupación con usted. -dijo el presidente. Claudia, desprevenida por el giro de eventos, que jamás imaginó la reunión tomaría ese rumbo, solo logró decir: Disculpe ministro, solo estoy haciendo mi trabajo, mi empresa está por introducir varias solicitudes de adjudicación de terrenos, y no quisiéramos que un escándalo como este pusiera en duda cualquier adjudicación hecha durante su mandato. Pablo, que no pudo evitar soltar una risita burlona porque sabía que Claudia estaba mintiendo, dijo: tranquila señorita Gil, no tiene nada que temer, ya ese asunto está resuelto. Haga su solicitud por la vía legal, sin ningún problema, le aseguro que durante mi mandato no habrá sospechas ni acusaciones de ninguna actividad ilegal o poco ética. -Muchas gracias, pronto mi equipo legal debe estar por su despacho con los requisitos. -contestó Claudia tratando de mantener su firmeza y no demostrar su confusión. Pablo, soltando otra risita burlona, contestó: en mi despacho no, deben pasar por la secretaria de urbanismo, ella es quien recibe y procesa las solicitudes por orden de llegada. Claudia, impresionada por las respuestas tan directas y cortantes de Pablo, no pudo si no sonreír y dar las gracias. En ese momento, la secretaria entró para informarle al presidente de una emergencia en la sala de gobierno. -Debo retirarme, al solucionar el problema, regreso- se disculpó el presidente mientras salía de su despacho. Quedaron solo Claudia y Pablo, con tanto que decir pero con un silencio absoluto, Pablo con ganas de demostrar su decepción y Claudia impresionada por el cambio de Pablo. Terminaron otra vez simplemente mirándose fijamente, ambos asimilando todo lo que acababa de pasar. Claudia asimilando su derrota, y Pablo asimilando a lo que Claudia estaba dispuesta a llegar. Claudia agarró su bolso y se dió la vuelta para irse, en ese momento Pablo le ordenó: “Espera.” Y la agarró por la muñeca con una fuerza considerable evitando que se marchara. Pablo sostuvo la muñeca de Claudia, evitando que se fuera. Apenas la tocó, después de 5 años sin verse ni tocarse, Claudia sintió una corriente por todo el cuerpo, se tensó, pensando en todo lo que podían hacer y decir en ese momento. Jamás lo iba a admitir, pero solo con un toque Pablo podía hacerla sentir algo indescriptible, que más nadie podía hacerla sentir, como un fuego en su interior que se encendía y por su mente pasaban puros pensamientos impuros. Pensó que después de 5 años, ya el no tendría ese efecto en ella, pero solo con un toque en la muñeca, volvió exactamente a esa sensación de hace 5 años, como si no hubiese pasado ni un día.