-Universidad Nacional-
La mañana siguiente, Olga se despertó por el fuerte reflejo del sol que no le permitía seguir durmiendo, al despertar sintió un dolor de cabeza repentino: todo el alcohol de la noche anterior estaba pasando factura con una fuerte resaca.
Cerró sus ojos fuertemente tratando de manejar el dolor y respiró profundo, luego de unos segundos el malestar bajó un poco y volvió a abrir los ojos para levantarse.
Pero cuando intentó levantarse estaba bloqueada, sentía algo trayéndola de vuelta a la cama por el abdomen, cuando bajó la mirada, un brazo firme y musculoso posaba sobre su estómago, abrazándola fuertemente, nerviosa y sin recordar mucho de la noche anterior, volteó a ver con quién estaba acostada: era Julio, dormido plácidamente con su brazo alrededor de Olga.
Olga sintió un corrientazo en su corazón: ¿qué había pasado anoche? ¿Cómo llegaron aquí?
-¿JULIO?- gritó Olga nerviosa despertando a Julio inmediatamente.
Julio abrió los ojos asustado y confundid