Layne
—¡Habla! ¡De una vez! —grito desesperado, con las manos llenas de sangre, el hombre que estaba arrodillado a mis pies casi ya ni podía abrir los ojos y no era el primero.
—¡Vamos! ¿O quieres morir por tu rey? Te aseguro que él no va a agradecértelo, es un viejo sinvergüenza que solo piensa en sí mismo— le decía yo y escuchaba al otro lado como Luther le caía golpes a otro. Yo le doy otro puñetazo al hombre de Sarassea.
—Si eran bastante habladores y valientes, con dos mujeres atadas, ¿no es así? Aunque es obvio que no tenía ni idea de quiénes eran y del poder que tenían... lo supieron, aunque muy tarde— digo.
—La bruja... —dice el hombre y yo ahora le doy una patada en el estómago, el hombre chilla y grita.
—La Emperatriz para ti, escoria, ¿quieres saber qué le paso a tus compañeros? Uno prácticamente se infartó del miedo, cuando pasó a manos del capitán... —digo y él escucha los gritos que vienen de dónde está el mencionado. Lo veo ahora un poco más dispuesto.
—Te pr