Layne
Estábamos en un momento realmente desesperado, en punto crítico de nuestra vida, pero cuando yo estaba con ella… era como si perdiera toda la capacidad de pensar en otra cosa que no sea mi princesa.
—Naiara... mi luna más hermosa. No puedo ni empezar a explicar lo que significas en mi vida. No solo eres mi señora y la persona que yo seguiría hasta el fin del mundo... sino que eres mi mujer soñada... por la diosa Naiara... me preguntó cómo sobreviví tantos años lejos de ti— le decía mientras la besaba, y ella se aferraba a mí, ambos como un par de desesperados, como si el mundo se fuera a acabar si nos separamos.
— Yo solo he pensado en ti. No ha habido para mí otro hombre en el mundo, y sé muy dentro de mí, que nunca lo habrá...— dice y sus palabras me maravillan, a la vez que me desesperan. La observo, perdiéndome en sus ojos los azules como una noche clara.
— Desde que era pequeña... soñaba contigo. Para mí, tú representabas la perfección de todos los hombres, eras el ún