Luana, se encontraba nuevamente arrinconada en una esquina de su habitación, Valentino se acercó y quiso llevarla de nuevo a su cama.
—Amor, vamos a la cama, ¿sí?
—No, no quiero, la cama está llena de sangre y mi bebe, no quiere estar ahí.
—Siéntate aquí amor — dijo Valentino mientras la dejaba suavemente sobre el mueble de la habitación.
Luego se acercó al closet y saco un juego de sabanas limpias. Cambió las que supuestamente estaban sucias por las limpias que acababa de sacar.
—Amor, ya las cambié, déjame llevarte a la cama nuevamente, por favor.
—¿De verdad las cambiaste?
—Si cariño, ya están limpias.
La levantó en sus brazos, la acostó y luego la cubrió con las colchas limpias, se sentó a su costado mientras acariciaba tiernamente sus cabellos,