La casa estaba cercada, no permitían la entrada de nadie, pero él había ingresado mientras el guardaespaldas se quedó en el auto, esperando noticias de lo ocurrido.
—¿Me van a responder? — Pregunto ansioso Nicolás, mientras los policías dentro de la casa lo miraban con irritación.
—¿Quién dejo entrar a este civil, a la escena del crimen? — hablo fuerte y claro el que parecía ser el oficial a cargo.
—Soy quien aviso del problema en esta casa, mi sobrino estaba aquí, y mi tía fue la que me llamo a pedirme ayuda.
—No me importa quien seas, pero no puedes estar dentro, sal de inmediato y espera la información afuera.
A Nicolás no le importo lo que dijo el oficial y se dirigió directamente a su tío, que estaba arrodillado y esposado en una esquina de la sala.
—¿Qué mierda hiciste, Fermín? — grito Nicolás mientras levantaba en vilo a su tío — ¿Dónde está Alex? —pregunto furioso, a la vez que lo lanzaba contra el piso de nuevo.
Pero este no respondió, tenía la mirada perdida, estaba ido.
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