—Estás muy directa.
—¿Y alguna vez no lo he sido? Admite que te gusta que sea así.
—Me gusta todo de ti.
—Tú, y esos ataques sorpresa— desvió la mirada, y retomó su postura.
—Volviendo al tema principal. Quiero conocer a tus padres y decirles lo serio que va nuestra relación. Sé que deben preocuparse, así que trataré de calmarlos y hacer las cosas como Dios manda.
—Tu dulzura y seriedad es tan irresistible, que siento ganas de continuar lo que comenzamos anoche— mordió sus labios, y tragué saliva.
—Creo que deberíamos desayunar, antes de que se enfríe, Mónica— sonreí nervioso al ver esa intensidad en su mirada.
Definitivamente estaba hablando en serio, y esa es una de las tantas cosas, que me encanta de ella.
Mientras estábamos desayunando, ella acaric