— ¡Elena Valentina Riggs, voy a darte unos azotes! - la chica se giró hacia su amiga con rostro inocente y esta colocó los brazos en jarras entrecerrando los ojos con una sonrisa.
— ¡No puedes ser tan agresiva conmigo, soy tu mejor amiga! ¿recuerdas? - la morena soltó un jadeo ante su desfachatez propia de sí misma.
— ¡Y la única, por esa razón te voy a nalguear! aunque la "mierda millonaria" baila como los ángeles ¿no? - rió con la mano en la boca.
— Es un bailarín profesional, sus movimientos son perfectamente sincronizados y los giros son...
— ¿Te gusta ese hombre? - la rubia no podía creer que su amiga le estuviese preguntando eso. Abrió la boca sin encontrar que decir y la cerró de nuevo preguntándose lo mismo. Había aceptado ir con él a otro lugar menos concurrido pero lo hizo sin pensar ya que su cerebro sufría un corto cada vez que lo tenía cerca — Ya no es necesario que me respondas Valentina, tu expresión