Cinco días atrás...
Killiam
Trato de pasar el desayuno, pero mi estómago se niega a recibirlo. Todavía las náuseas me incitan a regresar al baño, pero ¿qué demonios voy a vomitar si no me queda nada más que jugo gástrico?
No… no soporto ni siquiera el olor a comida…
¡Maldición!
¿Qué me pasa?
No puede ser que haya caído en una estupidez así.
Las imágenes se mezclan y distorsionan mis recuerdos. Todo es tan confuso, asqueante y doloroso…
El rey alfa no debe tener miedo, eso no puede sucederme… Nadie me controla, nadie tiene el poder de dominarme…
Aprieto los cubiertos mientras suelto un suspiro, solo para devolverlos a su lugar y estrujarme la cara. No puedo evitar que mis ojos se vayan a la silla que ocupaba Lara en la mesa, la primera a mi derecha porque, como rey, debo estar en la parte superior.
Era tan fácil agarrar su mano desde aquí, cortar la carne por ella cuando le era forzoso o simplemente servirle su jugo mañanero yo mismo.
Eso la hacía sonreír.
Luego miro el lado izquierd