- ¡Por Dios, Paul! ¿Qué hice? -
- No hiciste nada, Kathryn, cálmate -
- Peter está muerto -
- Pero no está muerto por tu culpa. Los dos sabemos que tarde o temprano iban a saltar todos sus delitos. Estaba involucrado con gente muy peligrosa, era cuestión de tiempo -
- ¡¿Qué dices Paul?! -
- Lo que digo, Kathryn es que había gente buscándolo hace rato – Tenía que buscar la forma de calmarla y que entrara en razón o iba a cargarse la muerte de Peter por siempre.
- ¿Cómo sabes eso? -
- Hace unos días recibí un llamado de la policía. Me dijeron que Peter estaba asociado a un delincuente muy peligroso, que al parecer lo estaban buscando. Fue mera coincidencia que el dossier saliera a la luz, ellos ya venían por él – Le mintió, no podía decirle nada de lo que en verdad había sucedido.
- Debiste habérmelo dicho, Paul. ¿Cómo te guardaste eso? -
- No quería preocuparte más, Kathryn. Bastante tenías con toda la prensa encima y los oficiales yendo y viniendo de esta oficina. Hasta tu habitual en