Ir los domingos a la parroquia la calmaba, la hacía sentir en casa y segura. Adoraba ese lugar con todo su ser y ver a Michael era como visitar a su padre, él la consentía y charlaban por horas de casi todo. Quizá por eso se sintió apaciguada cuando habló con William de la visita de Bárbara; se dirigieron al pequeño jardín y se sentaron debajo del único árbol, cómo solían hacer en el parque.
- ¿Qué relación tienes con ella? Esta vez, William, por favor no me mientas –
Él no quería mentirle, pero no podía revelarle la verdadera identidad de Bárbara porque si lo hacía se revelaría a sí mismo y no podía poner a Kathryn en esa situación.
- A Bárbara la conozco hace muchísimos años, hemos trabajado juntos y durante un corto tiempo estuvimos saliendo. Pero por protocolos de seguridad dejé de verla de esa forma –
- ¿Protocolos de seguridad? ¿Qué clase de trabajo haces? –
- Soy militar, capitán de hecho – Era una verdad a medias.
- ¿Del ejército? –
- ¿Te sorprende? -
- En realidad, no