Para Enamorarte de Mí
Para Enamorarte de Mí
Por: Tsukimorikan
Capítulo I...

-“¡Por favor…Sebastián déjame salir! ¡por favor, si tanto quieres el divorcio te lo daré, pero déjame salir…deja vivir a mi bebé!”

Siempre que cerraba sus ojos siempre recordaba esa súplica, luego recordaba aquella risa burlona que daba a la puerta de roble macizo, para dar media vuelta y marcharse…

Debió escucharla, debió dejarla irse…nunca pensó que ella hablaba enserio con lo de su embarazo…es más siempre se pregunta él, ¿Cómo carajos logró mantener oculto el embarazo seis meses? Él juraba que ella lo había perdido después de aquella espantosa golpiza.

Pero ya nada de eso tiene razón de preguntar, además recordar cuando regresó a su casa de verse con su cuñada/amante…y ver aquella escena, la ambulancia, el cordón policial, su cuñado llorando y para su horror aquella manta blanca en el suelo.

-“¡¿Qué demonios hacen en mi casa?! ¡¿Cómo se atreven?!”

Pero no alcanza a decir más pues su cuñado, Xavier se ha lanzado a golpearlo, varios empleados suyos y la policía tienen que alejar al hombre.

-“¡¿Te atreves a preguntar?! ¡ella te dijo que la dejaras salir! ¡te suplicó clemencia! ¡te rogó piedad por mi sobrina! ¡hijo de puta! ¡Aranza y mi sobrina están muertas!”

Ha llevado las manos a su cabeza, mientras las lágrimas bajan por su rostro, recordar una y otra vez esa frase…¿Por qué no la dejó ir? Ella estaba dispuesta a darle el divorcio…ella solo quería vivir, solo quería que su bebé viviera…pero no, él se dejó convencer de su amante, de que su esposa le quitaría todo; que lo mejor que podía hacer era simplemente encerrarla y dejar que el hambre y la locura se hicieran cargo de ella, después de todo él Sebastián Martínez de Irujo, Marqués de Alba podía desaparecer luego el cadaver…

Pero ahora está frente a una lápida llorando a su marquesa e hija muertas…

¿Por qué? Se preguntarán…pues digamos que para el marqués su vida se fue a la m****a después de que Aranza Arteaga muriera y de que toda la porquería de Sebastián se destapara, aunque él prometiera a su cuñada Lucía darle el título de Duquesa del Infantado…tristemente ella escapó con su amante de turno, puesto que el hermano de Aranza, Xavier iba a matarla, y su padre el actual duque del Infantado no iba a meter las manos al fuego por ella, por una hija bastarda…

Sin mencionar que el Duque del Infantado es primo hermano del rey de España…y ambos se criaron juntos desde la cuna, así que se podría decir que más bien son hermanos de cuna.

Los padres de Sebastián lo repudiaron, perdió amistades, prestigio y sobre todo su título de marqués…pues el rey al enterarse de su comportamiento vergonzoso decidió retirarle el titulo y el nombre de la lista de la familia Martínez de Irujo…

Ahora está frente a una lápida…llorando amargamente mientras empuña la pistola.

-Aranza, perdón…perdón…nunca supe valorar tu cariño, me amabas desde niños, soñabas con nuestra boda y yo hice todo por hacerte infeliz, creí las mentiras de Lucía, te torturé…perdiste a nuestra hija y te fuiste con ella

Sebastián mira hacia la lápida como si esperanzado quisiera escuchar de ella su perdón, pero él no es tonto, sabe que Aranza lleva muerta más de quince años…

Quince eternos años en los que no sabe cómo carajos está vivo…

Pero ahora ya no tiene nada que perder…así que sin mucho pensarlo toma la pistola y se la lleva a la sien derecha.

-Espero Aranza, que si hay otra vida…me permitas amarte…como te lo mereces

Y así sin más…acciona su arma, la sangre mancha la lápida y Sebastián cae al suelo…

-“¿Estás dispuesto a corregir tus errores?” – dice una silueta vestida de negro mirando fijamente a Sebastián

- ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?

-“Solo dime ¿estás dispuesto?”

- ¡Claro que sí! ¡¿Quién eres?!

-“Eso no importa…lo que importa es que ahora…tendrás una oportunidad”

- ¿Oportunidad? – viendo como detrás de aquella silueta aparece un reloj de arena…

-“Escoge…¿a qué momento quieres volver?”

- ¡Quiero volver con Aranza…quiero volver con ella, con mi hija no nata!

-“Bien entonces Marqués de Alba…elije bien…pero ten presente…”

- ¿Qué? – mirando como el reloj anda lentamente

-“Aranza Arteaga…no te amara con aquella devoción de hace años” – Sebastián queda en shock – “es tú deber volverla a enamorar”

- ¡Haré lo que sea!

-“Entonces gira varias veces el reloj, cada giro es un año que retrocederás” – y así la silueta se desvanece

-Aranza…volveremos a vernos

Y así Sebastián empieza a girar el reloj, hasta que luego de completar quince giros una luz cegadora se manifiesta, y él queda ciego por unos instantes…

Y al volver a abrir los ojos está en su habitación…en su mansión…y a su lado…

Pero al girarse no ve a Aranza, ve a la mujer que más odia en el mundo…Lucía Santana…media hermana de Aranza, hija de una vulgar prostituta…

-¡¿Qué demonios haces en mi casa?!

-Sebastián, me llamaste porque la estúpida de Aranza no iba a estar…

- ¡Lárgate y no te quiero volver a ver!

-Pero ¿Qué te pasa?

- ¡Que te largues! – girándose hacia su mesa de noche y toma su leal arma de fuego y le apunta a la mujer – ¡no volveré a repetirlo! ¡largo de mi casa!

Lucía sabe que Sebastián enojado es peor que el demonio, así que simplemente toma sus cosas y corre por su vida, el hombre trata de procesar todo lo que pasó, recuerda la lápida, los gritos de Aranza, el certero golpe a su rostro de parte de su cuñado…

-Nada de eso pasará…Aranza está viva y mi hija nacerá, nacerá…nacerá ¡nacerá m*****a sea!

Y así se coloca de pie y se dirige hacia el tocador donde aprecia la figura del que en ese momento solo tiene veinte años…y ve un detalle peculiar, una peca sobre su labio, debe ser un recordatorio de su trato con aquel ser de negro, un recordatorio de que debe amar a Aranza…amarla como debe ser.

-¡Sofía! ¡Sofía!

Y así la ama de llaves ingresa y hace una reverencia – excelencia ¿Qué desea?

-Saca el colchón y quémalo…compra otro, también toma esas mantas y cobijas, quémalas

-Sí señor, excelencia, la marquesa regresará de visitar a su padre al atardecer

-Prepara todo, la mejor comida, el mejor vino…no, vino no el mejor jugo de granada y naranja, después de todo es el favorito de Aranza

La mujer queda asombrada puesto que Sebastián nunca llama a su esposa por su nombre, siempre la menciona como “la m*****a esa” – ¿alguna otra cosa?

-Si vuelve Lucía Santana, ordena sacarla a tiros de mi propiedad

-Cómo diga señor – haciendo una reverencia para marcharse

Cuando la ama de llaves se marcha, Sebastián revisa entre los cajones de Aranza y encuentra la prueba de embarazo, ahora que recuerda en su anterior vida ese día precisamente ella con toda la ilusión del mundo quería decirle del embarazo, pero él, la recibió con la noticia del divorcio, a lo que ella le respondió que no podían divorciarse puesto que ella estaba embarazada…

Recuerda también la golpiza que le dio a Aranza, mientras ella lloraba y suplicaba por su bebé, luego era llevada a rastras al ático, donde cruelmente era encerrada por él, todo porque Lucía le dijo que Aranza pensaba pedirle el divorcio y así quitarle todo.

Y en el acto se da una bofetada, porque claro que recuerda cómo embarazó a su esposa…y también recuerda a su esposa llorando y sangrando…mientras era dejada en el ático.

-Aranza…perdón…no debí forzarte aquella noche…fui tan imbécil, pero eso no volverá a pasar

Pero sabe que si él dice algo del embarazo ella se dará cuenta de que él estuvo de curioso entre sus cosas, así que guarda la prueba de embarazo, y decide acomodarse sus ropas, para así tomar rumbo al hospital y diciendo que sospecha que su esposa está enferma, pretende sacarle la información a su médico de cabecera, así él quedará como un esposo atento y Aranza quedará encantada…

Pero parece que Sebastián olvidó algo importante, aquella silueta le dijo que Aranza, simplemente no iba a amarlo con aquella devoción que le profesaba en su vida anterior.

Mientras en una bella mansión de las costas gallegas, una joven está mirando por la ventana de su habitación el paisaje cuando siente que alguien entra con una bandeja.

-Xavier, ya iba a bajar a desayunar

-Moverte es un esfuerzo, quiero que mi sobrino esté sano – dando una sonrisa

-El embarazo apenas inicia – sonriendo

-No importa, ya te dije seré el tío consentidor…y papá el abuelo malcriador

Y Aranza apenas da una sonrisa.

-Oye ¿estás decidida? – dejando la bandeja en la mesa

-Sí…esta noche que regrese a la mansión, le diré a Sebastián que sé todo y que quiero el divorcio

-Pero, tu embarazo…

-Mientras no lo sepa, ya después podré decir que fue por inseminación

-Sabía que ese idiota no te merecía – cruzándose de brazos – de todas las mujeres del país tenía que ser con la bastarda precisamente

-No importa Xavier, en mi fiesta de cumpleaños papá hará el anuncio de que te dará el título de duque del Infantado y que negará todo apoyo a esa zorra

-Hasta que por fin el viejo se dio cuenta de que esa puta no era más que una perra arribista como su madre

Aranza da una sonrisa.

-Mejor toma tu desayuno y vamos, papá querrá verte antes de que regreses a Madrid

Y la joven da una sonrisa mientras se dirige a tomar su desayuno.

En cambio en Madrid, Sebastián prepara todo para darle la bienvenida a Aranza, desde encargar la mejor comida hasta comprarle sin fin de joyas y regalos, ya después podrá empezar a agasajarla y a su bebé, es más ya está imaginando el decorado para la habitación de su hija, aunque…espera que sea niña, y que en esta vida no sea niño el bebé…

Pero deja de lado sus pensamientos, cuando escucha aquella m*****a voz insoportable…

-¡Sebas! ¡qué bonita sorpresa!

El hombre se gira y ve a Lucía acercarse, cuando ella llega e intenta besarlo él se aleja y la mira con desprecio.

-Oh, tienes que fingir me parece bien – dando una sonrisa – Sebas…

-Me llamo Sebastián, si no puedes decir mi nombre completo llámame marqués de Alba

La joven queda en shock.

-Sebastián ¿Qué te pasa?

-Nada que te importe, y ahora que te veo te lo diré una sola vez…aléjate de mí y de Aranza

- ¡¿Qué?! ¡no, eso si que no! ¡me prometiste ayuda, me prometiste el ducado del Infantado!

-Olvídalo…tengo que hacer muchas cosas como marqués, y como abogado y si sigues fastidiando interpondré una orden de restricción

- ¡Sí no me ayudas haré que la zorra de Aranza se entere de todo! ¡¿me oyes?! ¡de todo!

- ¿Y te creerá? – sonriendo y dejando en shock a la mujer – Aranza te odia desde que su padre le impuso la convivencia entre ustedes

- ¡Infeliz! ¡tú volverás a mí! ¡esa puta no puede darte lo que yo!

-Aja, ahora largo…

Y así la mujer se marcha hecha una furia pero dejando a Sebastián preocupado, si ella le dice algo a Aranza puede ser que sus intentos por enamorarla terminen antes de que siquiera comiencen.

La noche cae, Aranza ha llegado al aeropuerto de Madrid y es recogida por el chofer y sus guardaespaldas, y es llevada hacia la mansión de su esposo en la ciudad, al llegar ve a la ama de llaves en la entrada esperando por ella.

-Marquesa, bienvenida ¿Cómo estuvo su viaje?

-Buenas noches, Sofía; el viaje estuvo bien…

-Y el señor Duque ¿Cómo se encuentra?

-Mi padre está bien de salud, gracias por preguntar, dime algo ¿el marqués?

Sofía queda en shock, pues ella nunca se refería de ese modo a Sebastián…

-El señor marqués está en el comedor esperando por usted, pero dice que si desea primero puede pasar a su habitación para refrescarse

-No, iré de una vez al comedor, tengo algo importante que decirle a mi esposo

Y así la joven entra siendo seguida por el ama de llaves.

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