Mundo ficciónIniciar sesiónDos meses transformaban todo.
Michaela estaba embarazada de treinta y seis semanas, vientre tan prominente que apenas podía ver sus propios pies. Se movía con la gracia precaria de alguien llevando vida extra, manos constantemente en la parte baja de su espalda, suspirando cuando se sentaba y gruñendo cuando se levantaba.
Nick pensaba que nunca había lucido más hermosa.
—Deja de mirarme así —dijo Michaela una tarde de mayo, atrapándolo observándola desde la puerta del cuarto que estaban convirtiendo en nursery.
—¿Cómo qué?
—Como si fuera obra de arte. Soy ballena humana que no puede ponerse sus propios zapatos.
—Eres mujer embarazada con mi hijo. —Nick se acercó, rodeándola con brazos que apenas alcanzaban por su vientre—. Y sigues siendo obra de arte.
—Eres parcial.
—Completamente. &m







